martes, 9 de octubre de 2012

Curso de Escritura para Principiantes

INTRODUCCIÓN

Si bien la teoría sobre la lectura y la escritura ya posee un denso cuerpo de lúcidos planteamientos en torno a la relación autor-texto-lector, la pedagogía ha sido poco efectiva en la aplicación de conceptos que representen adelantos en la práctica lectora y escritural de los jóvenes aprendices. La realidad educativa presenta desde hace mucho tiempo un gran vacío en estos procesos en todos los niveles del sistema de escolarización, a tal punto que las deficiencias en lectura y escritura ocupan del primer lugar en cuanto hace referencia a problemas de orden académico.
Este hecho lleva a mirar con desconfianza y preocupación toda la escala de gradación escolar desde los niveles básicos hasta la instancia de profesionalización. Mucho más cuanto que la universidad, a pesar de la situación crítica que vive en sus aulas, hace muy poco o más bien nada para subsanar sus deficiencias. Los docentes universitarios encargados de validar los procesos de lectura, escritura e investigación no leen y, por supuesto, no escriben. Esto debería ser suficiente para declararlos inhábiles en la orientación de estos procesos, independiente de los títulos que cuelguen en los currículos.  Otro tanto debería ocurrir con los potenciales egresados ágrafos y sus instituciones.  La creciente flexibilización de exigencias y requisitos ha dado al traste con la calidad de la profesionalización dejando en entredicho  títulos, certificaciones y acreditaciones nacionales e internacionales que no pasan de ser simples adornos en tanto que no reflejan producción intelectual.
Es, pues, evidente que una inconsistencia de esta naturaleza en el proceso de formación tiene consecuencias negativas trascendentales en la población profesional que no solo carece de una herramienta fundamental para la producción intelectual sino que tiende a reproducir sus limitaciones en su ejercicio profesional.
Pero esto no es todo. Existen factores concomitantes a los ya señalados que afectan la práctica lectora y escritora. Además de la complejidad inherente a los procesos de lectura y escritura,  y las limitaciones de quienes están encargados de implementar las acciones educativas pertinentes, ahora la escuela tiene que enfrentar otro reto significativo que ahonda el problema: la incapacidad que ha evidenciado hasta el momento para encontrar una metodología y una cultura que le permitan competir exitosamente frente a las tecnologías de la información en la captación del favor y la voluntad de la población infantil, juvenil y universitaria en provecho del libro y la lectura. Lo anterior implica pensar en las múltiples facetas que se presentan y se derivan de las  interrelaciones entre grupos humanos, en los procesos inherentes al aprendizaje humano, en las estructuras que sirven de apoyo a la actividad intelectual y en todos los elementos que configuran el contexto informativo, el acceso al conocimiento y la interiorización de prácticas intelectuales de consuno con un hacer algo que genere satisfacción y realización personal.
Los caminos para adecuar el discurso pedagógico son múltiples y de variados matices. El documento que aquí se presenta es una praxis de lectura y escritura surgida del aula de clase que condensa teoría y práctica.  Literatura aplicada y lingüística aplicada. La palabra de maestros escritores de todos los tiempos aplicada a procesos de lectura y escritura en niños, adolescentes y adultos desde la escuela básica hasta la universidad, inclusive.
Como propuesta pedagógica pretende articular los procesos de apropiación y producción de conocimiento en la praxis lectoescritural de formación. Sin embargo, dada la naturaleza compleja de los elementos constitutivos, su incorporación en el desempeño académico o profesional de quienes se forman, requiere, además de la ejercitación misma que se proyecta en la escuela para validar el dominio adquirido, continuidad y reelaboración constante, sobre todo porque el trabajo con las ideas se renueva y perfecciona de manera permanente.
De otra parte, el diseño del material pedagógico  en forma semielaborada es una manera de mostrar un camino. Son herramientas bosquejadas en torno a un amplio espectro de textos que cada uno deberá construir con su lenguaje y a propia su medida.
A partir de los desarrollos conceptuales y de los ejercicios en los que plasman pedagógicamente los planteamientos, éstos se configuran en forma de guías. Quiere decir que una vez es explicada la idea central motivo de la argumentación y se ejemplifica, se procede elaborar un esquema que condense el ejercicio de escritura realizado. Las guías se construyen utilizando nuevas temáticas que reproducen el patrón inicial. En las nuevas aplicaciones del patrón de escritura señalado en el documento central también se contemplan variantes con lo que el texto alcanza mayor proyección y versatilidad.
Una de las intencionalidades que dirige esta propuesta es la de que la amplitud de ideas temáticas, planteamientos y desarrollos que se ofrecen en el Curso de Escritura para Principiantes cubra un amplio espectro de posibilidades para la ejercitación de la escritura. Para complementar algunos aspectos del proceso pedagógico lectoescritural remitimos a lector a los dos libros ya publicados de esta serie, titulados Textos y Pedagogía (1995), y Técnicas de Escritura (1999).
Un recorrido en torno al trabajo que se presenta en estas páginas muestra el siguiente panorama. Un primer documento, titulado “El texto clásico en la lectura de formación”, si bien condensa temas ya tratados por otros autores sobre los clásicos, la argumentación versa sobre y resalta la incidencia directa que ejercen en el lector las estructuras plasmadas en el texto. Le sigue “El ensayo, la escritura de la academia”, que ubica esta forma textual en su ámbito natural por excelencia como es la academia. Todos aquellos escritos en los que se registran los procesos de investigación y el discurso de mediación del conocimiento conocido como discurso pedagógico son variantes de ensayos que se acercan formalmente a la esencia de este tipo de texto. De ahí la necesidad de trabajar el ensayo en el medio académico.
El desarrollo del proceso de escritura ensayística se presenta paso a paso a lo largo de varios capítulos desde la elaboración del planteamiento o idea central que se pretende desarrollar hasta la demostración de ese planteamiento en una secuencia temática adicionada con los referentes conceptuales que se requieren para el efecto.
Y aunque toda la propuesta está elaborada a partir de la lectura de textos literarios, el diseño didáctico permite que los lectores puedan aplicarla para construir escritos tipo ensayo de relativa validez intelectual y formal sobre cualquier tema.
Ahora, por ser de origen académico y estar orientada de manera específica hacia el medio académico, se ha priorizado la producción de ensayos a partir de la lectura crítica de obras de la literatura universal, en una etapa previa en la que se glosan los cuentos o novelas originales y se utilizan esas glosas como materia prima del ensayo en construcción.
El documento incluye, además, ‘esquemas’, ‘guías de trabajo’, ensayos breves y se ofrecen algunas unas pautas para iniciar a los niños en la escritura de ensayos. Finalmente, en el texto que cierra el libro, ‘Escritura con argumentos’,  se explicitan las características de un ensayo argumentativo con los ejemplos respectivos en cada etapa del proceso de construcción▲